Borges en Italia: Perfil de una receptión

di Enrique Santos Unamuno

 

 

A Peppino, que esperaba estas páginas

 

 

1. En los estudios de literatura comparada dedicados a fenómenos de comercio literario (los llamados "rapports de fait"), la atención por los intermediarios, ya sean éstos viajeros, traducciones, bibliotecas o periódicos, manifiesta en muchas ocasiones un carácter de contabilidad, una pasión por lo cuantitativo en detrimento de lo cualitativo. Si desde la perspectiva tradicional la fortuna literaria1 de una obra o un autor puede considerarse como el reflejo de las "virtudes vivientes" de los mismos (Pichois-Rousseau, 1967: p. 73), conviene tener presentes los territorios que la estética de la recepción ha desbrozado en beneficio del comparatista. En efecto, si consideramos la recepción como "une démarche du récepteur qui. loin d'être passif, est le principal acteur" (Chevrel, 1991: p. 50), el mero censo de la presencia de un autor en un sistema literario nacional diferente del suyo puede dar paso a un análisis cualitativo de dicha presencia que, sin desembocar aún en el campo de los estudios de influencias, se erige como condición previa a la realización de los mismos. El impacto de las obras extranjeras en un determinado sistema literario ayuda a perfilar muchos de los aspectos de dicho sistema, contribuye a determinar ese conjunto de criterios (conscientes o no) que constituyen el "horizonte de expectativas" (Erwartungshorizon ) de los lectores. El presente estudio se propone trazar un resumen de la recepción borgeana en Italia, procediendo de lo individual a lo general, de las relaciones de hecho a la filigrana que se va adivinando a lo largo de los años bajo ese conjunto de datos. La imagen resultante debería hablarnos tanto del escritor argentino como del sistema literario que lo ha acogido y, en última instancia, incluso de los fenómenos de recepción a secas, "sinuosos y aleatorios", "imprevisibles" (Lafon, 1996), en un itinerario que de las relaciones de internacionalidad pasaría a la esfera de la supranacionalidad (Guillén, 1985).

 

2. La fortuna literaria de Borges2 en Italia no puede ser desgajada, al menos en lo tocante a su origen, de su recepción en Europa, y en este ámbito es fundamental el papel desempeñado por Francia3. Como de costumbre, el mismo Borges desvía la atención del estudioso, afirmando en una entrevista a Lamberti Sorrentino que su difusión en otras lenguas se debe precisamente a los italianos, "che furono i primi a tradurmi" (Sorrentino, 1975: p. 69). Traducciones italianas primigenias de las que no tenemos constancia. Por el contrario, está atestada la presencia del argentino en lengua francesa desde muy temprano, concretamente en 1922, año en el que se publicó uno de sus poemas ultraístas en Manomètre, revista provincial de vanguardia. Años más tarde, en diciembre de 1925, Valery Larbaud publica una recensión entusiasta de Inquisiciones, en La Revue Européenne. En 1933, gracias al patrocinio de Silvina Ocampo y de Henri Michaux, se publica en la revista Mesures el texto "L'Approche du caché" (Bernès, 1993: pp. XIV-XVI). El escritor Pierre Drieu La Rochelle vuelve de Argentina en ese mismo año. En agosto se publica un texto suyo en la revista Megáfono de Buenos Aires, en el número 11 dedicado a B. En el 46, Paul Verdevoye publicará la traducción del relato "Las ruinas circulares", que aparecerá en la revista Confluences, en abril (Genot, 1969: p. 160). En 1951, Roger Caillois, fundador del Institut Français de Buenos Aires, de donde había regresado en 1945, creará la colección de literatura latinoamericana "La Croix du Sud", de la editorial Gallimard, cuyo primer volumen será Fictions 4. En 1953, en la misma editorial, aparecerán 4 relatos de El aleph en la versión de Roger Caillois, con el título Labyrinthes (Vian, 1980: p. 192). Es patente, así pues, la atención casi exclusiva dedicada al B. narrador en detrimento del poeta. En los relatos están ya contenidos todos los elementos que con el tiempo pasarán a formar parte del mito Borges, del escritor "lúcido", del gran Bibliotecario ciego, pasando de los restringidos círculos intelectuales al gran público. El ejemplo francés no tardará en ser imitado en otros países de Europa, entre ellos Italia.

 

3. Los decenios anteriores a la 2ª guerra mundial estuvieron dominados en el panorama cultural italiano por la figura imponente de Benedetto Croce5, cuyas teorías estéticas tuvieron una influencia decisiva en la crítica literaria italiana de la primera mitad del siglo. Influencia en cierto modo excesiva y monolítica, "una pesante dittatura sulla cultura letteraria contemporanea" (Pautasso, 1991: p. 288) que impidió un debate fecundo en torno a los problemas que en ese periodo se ventilaban en otros países de Europa. La escasa consideración por los géneros narrativos del filósofo napolitano y su concepción intuitiva del arte como expresión lírica del lenguaje, frenaron la difusión en Italia de los pilares de la renovación literaria, de Kafka a Joyce y Proust. En el caso de B., a todo ello se sumaba un carácter ambivalente. En efecto, el tono fuertemente "argentinista" de sus primeras obras líricas y ensayísticas convivía con un profundo cosmopolitismo que con los años se iría acentuando cada vez más. Escritor latinoamericano, así pues, pero a la vez profundamente universal, inadecuado a las expectativas folklóricas y costumbristas (un Ricardo Güiraldes o un José Hernández, para entendernos) de la crítica italiana del periodo6.

Se ha señalado que en los años 30 el nombre del argentino llegó a Italia de la mano de un escritor-diplomático, Paolo Vita Finzi, que lo conoció personalmente y jugó al panajedrez (el juego inventado por el pintor Xul Solar) con él y con Ernesto Sábato (Vian, 1980: p. 209). En su Storia universale della letteratura, publicada en esos años, Giacomo Prampolini le dedica una página en la que, además de retrasar en un año su nacimiento (1900 en lugar de 1899), se toma en consideración exclusivamente su obra poética, a la sazón compuesta por Fervor de Buenos Aires (1923), Luna de enfrente (1925) y Cuaderno San Martín (1929). De pasada, se mencionan sus tres libros juveniles de ensayos, Inquisiciones (1925), El tamaño de mi esperanza (1926) y El idioma de los argentinos (1928), mientras nada se dice de Historia universal de la infamia (1935). La imagen de B. resultante es la del poeta lírico ultraísta, jefe indiscutible de los vanguardistas argentinos (Prampolini, 1938: p. 537-8)7. Imagen que perdurará durante años en los círculos de la crítica académica italiana, hasta bien entrada la posguerra, como testimonia el clásico manual de literatura hispanoamericana de Ugo Gallo, escrito a mediados de los años 50. Sin olvidar, en descargo del estudioso, que "la sua fatica si presentava come quella di un pioniere" (Bellini, 1970: p. 6), no podemos dejar de señalar que al hablar de B., en el capítulo dedicado a los "poetas contemporáneos", Gallo no sólo sigue a Prampolini en la fecha de nacimiento del escritor argentino (1900) sino que va más allá, rebautizándolo con el nombre de "José Luis Borges" (Gallo, 1954: p. 428). También en este caso, la imagen de B. es la del poeta lírico vanguardista, el cantor de Buenos Aires. Se mencionan sólo los vólumenes de lírica Fervor... y Poemas (1922-1943) (1943), con total omisión de la obra en prosa, sea ensayística que narrativa (además del ya citado Historia universal... habían aparecido El jardín de los senderos que se bifurcan en el 42 y Ficciones.1935-1944 en el 44).

No obstante, en los primeros años de la posguerra aparece un texto fundamental, en cuanto sienta las bases de la recepción borgeana tal y como se irá perfilando a partir de los años 50. En 1949, Enrique Luis Revol publica en la revista Belfagor (en la traducción de Alessandro Pellegrini), un "retrato" del B. escritor, poeta y narrador. La tendencia señalada en Prampolini y Gallo se invierte aquí radicalmente. No es irrelevante el hecho de que Revol pertenezca al ámbito argentino, donde B. era ya un caso literario, tanto por su obra pasada como a raíz del gran éxito que cosecharon sus primeros relatos. En efecto, B. es definido "forse il maggior prosatore in lingua spagnola oggi vivente" (Revol, 1949: p. 425), y se llega a afirmar que "il critico può considerare l'opera lirica conclusa e completa" (ibid.: p. 425) debido a que Borges no publicaba una poesía desde 1944. Tres cuartos de la reseña están dedicados a los relatos y se barajan ya etiquetas descriptivas como "geometrica nitidezza" (ibid.: p. 429), "rigore inesorabile" (p. 429), "sorprendente rigore logico" (ibid.: p. 430), que pasarán a ser pronto lugares comunes del idioma crítico a propósito de Borges.

Estamos en el umbral de los 50 y en los cinco años transcurridos desde la Liberación (25 de abril de 1945) la cultura italiana se ha ido transformando. El inicial fervor de reconstrucción que dio a luz a los debates sobre la literatura de la Resistencia, sobre el realismo y el uso de los dialectos en literatura, irá dejando paso a una conciencia de la crisis, de la complejidad de los procesos históricos y artísticos, de la dificultad de canalizar voluntarísticamente dichos procesos, que llegará a su culmen a mediados de los 60 y se prolongará en los 708. La conciencia de la crisis del concepto de literatura es visible en estos años tanto en la obra de un Pavese como en las inquietudes creativas y críticas de un animador cultural como Elio Vittorini o de un escritor como Italo Calvino. Será precisamente Calvino quien, en un texto fundamental de 1962, "La sfida al labirinto", aparecido en el famoso número 5 de la revista il Menabò, dedicado a las relaciones entre el arte y la civilización industrial9, después de haber esquematizado diferentes actitudes que la literatura puede adoptar frente al creciente carácter laberíntico y caótico de lo real, menciona a Borges como paradigma de una "cosmogonia labirintica" (Calvino, 1980: p. 95). Calvino aboga por una literatura del laberinto consciente de la complejidad del mismo, pero siempre dispuesta a desafiarlo, a desentrañarlo, sin ceder a las tentaciones de rendición presentes en ciertos filones de literatura irracionalista como el nouveau roman. Así pues, tarea de la literatura sería dar una imagen del universo-laberinto (Calvino, 1980: pp. 96-7). Con lo que en los primeros años 60 ya tenemos a Borges situado en pleno centro de los debates culturales italianos. Se hace necesario, no obstante, desandar parte del camino y recoger el hilo abandonado con el fin de aclarar algunos aspectos y proporcionar al lector unos pocos datos que pueden resultarle útiles.

 

4. Todos los críticos coinciden en señalar que la primera traducción de Borges en Italia se debe a Franco Lucentini, que en 1955 publicó, en la editorial Einaudi, La biblioteca di Babele [1]10, que traducía Ficciones11. Ya señalamos el papel que las traducciones francesas de B. tuvieron en otros países de Europa. Italo Calvino, que en esa época trabajaba en la editorial Einaudi, recuerda la importancia de dichas traducciones y menciona al poeta Sergio Solmi como uno de los "instigadores" de la lectura de Borges entre los intelectuales italianos: "Borges [...] era stato appena pubblicato in Francia. Mi ricordo un numero di «Temps Modernes» in cui c'erano dei racconti di Borges e fu il poeta Sergio Solmi il primo a dire che c'era in giro uno scrittore straordinario che valeva la pena di leggere. Io allora lavoravo presso Einaudi e lo lessi in francese, perché non conoscevo ancora lo spagnolo". (Calvino, 1984)12. Son años en los que la estructura productivo-distributiva de la industria cultural italiana reviste un carácter proto o preindustrial, años en los que la relación editor-autor tiene aún visos paternalistas y de mecenazgo, con una neta separación entre cultura "alta" y "baja". De la misma forma, el papel del crítico en este sistema no está completamente determinado por la lógica empresarial (lo cual redundaba en la existencia de espacios creativos y propositivos más amplios). Por otra parte, un sistema semejante prevé la existencia de un publico restringido y una escasa difusión del libro como bien de consumo. En sustancia, el éxito de un autor u obra entre la intelectualidad y su publicación precedían siempre (y no garantizaban) el éxito de mercado y de público (Ferretti, 1979 y 1988). La introducción de B. en el panorama italiano de los años 50 refleja muy bien la situación apenas descrita.

La traducción de Lucentini se revela fundamental para la fortuna borgeana en Italia y se relaciona directamente con el éxito que los relatos del argentino habían obtenido primero en Argentina y posteriormente en Francia. Lejos queda ya el Borges ultraísta y bonaerense de Prampolini y Gallo. En una recensión al volumen einaudiano, Luciano Codignola señala ya la idea del mundo como truco y laberinto, la cósmica ironía y la sistemática destrucción de la percepción del tiempo. Además, ve en Borges un renovador de la literatura de angustia en la línea de Poe y Kafka (Codignola, 1956). Parecidas coordenadas da Claudio Varese, que habla ya de "breve e calcolata geometria" y de "astratta lucidità dei simboli" (Varese, 1960: p. 403). Son años de encendidos debates acerca del status y de la función de la literatura, del agotamiento de la narrativa decimonónica y de la vanguardia de entreguerras. El éxito de La biblioteca di Babele hace crecer el interés por la narrativa de B. En marzo de 1957 aparecen en la revista Tempo presente algunos relatos de El aleph, en la traducción de Francesco Tentori Montalto (uno de los nombres fundamentales en la historia de la fortuna italiana de B.)13. La indudable novedad de la operación narrativa borgeana lleva en 1959 a la publicación integral de L'Aleph [2], traducido por el mismo Tentori Montalto, que en el "Prefacio" confiesa su intención de contribuir "al suo nome [de Borges] e alla sua fortuna in Italia" (Tentori Montalto, 1959: p. 16). Este volumen, junto con La biblioteca di Babele, constituye el punto de partida en la formación de la imagen predominante de Borges en el universo cultural italiano. Las reseñas a él dedicadas van perfilando las bases del mito Borges. Se trata aún de juicios relativos exclusivamente a su obra, en los que el personaje/escritor no está presente, juicios que junto con la lectura de sus libros irán dando forma a un horizonte de expectativas muy concreto. La poetisa Cristina Campo hace hincapié en la erudición inmensa de Borges, en su estilo de "impenetrabile cristallo" (Campo, 1960: p. 119), en el mundo como laberinto de espejos (ibid.: p. 119) con "la frigidezza del prisma" (ibid.: p. 121), en la identidad de todo y en el eterno retorno (ibid.: p. 120). Claudio Varese y Anna Chiarloni mencionar a Kafka, Buzzati y Poe (Varese, 1960: p. 403; Chiarloni, 1960). Además, Chiarloni pone de manifiesto la erudición, el laberinto infinito, el carácter "logico, limpido e matematico", el "calcolo preciso" de la estructura narrativa. A la crítica italiana, incluso a la más académica y clásica, no se le escapó sin duda el papel que la narrativa borgeana podía jugar en la renovación del propio clima literario. Varese expresa perfectamente esta actitud cuando afirma con prudencia: "La nostra letteratura in questo momento può non aver bisogno di ispirarsi a opere di raffinata geometria culturale, di lucida e astratta tensione come questa di Borges: può nondimeno trarne motivi per un giuoco più libero e agile degli elementi narrativi" (Varese, 1960: p. 404). En 1961 se publicó una nueva edición de la traducción de Lucentini, bajo el título Finzioni. La biblioteca di Babele [3]. Entre ese mismo año y el 64 se publicaron en Tempo presente algunas prosas de B., como la traducción de "El tiempo circular", en julio de 1962. En junio de 1963, en la revista Il Verri, aparece la poesía "Il risveglio" (Genot, 1969: p. 162-3). En un ámbito más restringido, Umberto Cianciòlo publicó la traducción de algunas poesías de B. en la revista Quaderni Italiani di Buenos Aires en 196114, año que marca un punto crucial en la recepción de Borges en Italia y en Europa en general.

 

5. A raíz de la publicación y del inmediato éxito de Finzioni y L'Aleph la fama de B. crece rápidamente y de esta forma el escritor argentino empieza a convertirse en un caso literario. Prueba de ello es "la croce di Commendatore" que le fue entregada personalmente por Giovanni Gronchi (a la sazón Presidente de la República Italiana) con motivo de un viaje oficial a Argentina en 1961. En dicha ocasión Borges pronunció un discurso en el que alababa Italia y la herencia latina (Cro, 1971: p.20; Vian, 1980: p. 19). Colofón de esta ascensión fulminante fue la concesión del Prix International des Éditeurs15, ex æquo con Samuel Beckett, el 1 de mayo de 1961, en Cap Formentor, en Mallorca, isla donde Borges había pasado un periodo en los años 20 con su familia, en tiempos de su primer viaje a Europa. Fue precisamente la delegación italiana de la Einaudi la que propuso la candidatura de Borges. Dicha delegación estaba compuesta por intelectuales de primer rango en el panorama cultural italiano del momento: Italo Calvino, Cesare Cases, Luciano Foà, Carlo Fruttero, Alberto Moravia, Elio Vittorini y Angelo Maria Ripellino. La candidatura contaba con el "fermo patrocinio" de Giulio Einaudi (Cianciòlo, 1969: p. 5) y el mismo Calvino recordará años más tarde que fue Moravia el que presentó a B. "con bellissime parole" (Calvino, 1984). Así pues, Italia, no sólo emuló a Francia en su interés por el escritor argentino, sino que desde muy pronto se anticipó al resto de países europeos en cantidad y calidad de traducciones. Las conclusiones del Premio Formentor no se harán esperar: ese mismo año se publica Storia universale dell'infamia [4], su primer libro de relatos. Le sigue en 1962 la Antologia personale [5] (sólo un año después del original español), a cargo de F. Tentori Montalto, Manuale di zoologia fantastica [6], en la traducción de Franco Lucentini16 y Storia dell'eternità [7], traducido por Livio Bacchi Wilcock, que de ahora en adelante hará de las traducciones borgeanas una de sus tareas principales17. En 1963 se publica Altre inquisizioni [8]. Por otra parte, en 1961 aparece la ya mencionada edición de La biblioteca di Babele, así como la edición de bolsillo de L'Aleph. Se trata en todos los casos de ejemplos del B. prosista (narrador y ensayista), siguiendo la línea iniciada en el 55 por la Einaudi. En 1963 aparece L'artefice [9], a sólo tres años del original español, síloge de prosa y verso que su traductor considera "una perfetta antologia delle possibilità borgesiane" (Tentori Montalto, 1963: p. 6), si bien se afirma la superioridad de la prosa sobre la poesía "per certa rigidezza intellettuale, anzi "loica", che suol gelare l'emozione nei versi: spesso, però, belli, e talora esemplari" (Tentori Montalto, 1963: p. 8). Después de estos volúmenes, no se volverá a publicar nada de Borges hasta 1969, excepto una nueva traducción de la Antologia personale [10], en 1967. Entre tanto, la lectura de los libros ya publicados por parte de un público cada vez más vasto va modelando el horizonte de expectativas en torno a la obra borgeana, a su mundo formal, temático y estilístico, dando paso a un interés creciente por el personaje Borges. Difusión ésta emparentada directamente con la racionalización neocapitalista de la industria cultural e informativa italiana. El boom económico de los años 60 se refleja también en este sector, con fenómenos como la concentración editorial, la identificación cada vez mayor entre el criterio del provecho y el de la formación del consenso, el nacimiento a raíz de los movimientos contestatarios del 68-69 de un nuevo público "de masas", el desarrollo del libro de bolsillo (su democratización) y la presencia de un neoconsumismo controlado por la industria cultural. En este orden de cosas, la influencia de lo extraliterario en la creación de una cierta imagen irá creciendo, siendo bien visible en algunos aspectos como la enfatización de la biografía privada y pública del escritor/personaje (Ferretti, 1979 y 1988).

De esta forma, la fortuna literaria de B. se dividirá poco a poco en dos filones interrelacionados. Por una parte, el interés por su persona se hace más presente, como testimonian artículos y notas anecdóticas aparecidos en las revistas literarias (Ocampo, 1962). Son de esos años también las primeras entrevistas (casi un género más en el conjunto de las obras en colaboración de B.), en las que el entrevistador juega a ser más borgeano que el propio B. (Toppani, 1964). Por otra parte, el interés de la crítica por la obra borgeana refleja la posición crucial que la misma irá ocupando en el debate cultural de esos años18. Claudio Varese, que en 1960, en un comentario a L'Aleph, había llamado ya la atención sobre la posibilidad para la literatura italiana de aprovechar las enseñanzas deducibles de la narativa de B. (ver p. 163 de este estudio), insiste un año más tarde sobre lo mismo. Después de haber comentado el premio Formentor concedido a B. en ese año, el crítico hace hincapié en la tempestividad de la operación borgeana y aboga por una modelización de la misma: "In questo momento Borges pone agli scrittori italiani un problema: come e fino a che punto l'immaginazione, la cultura, possano e debbano entrare nel tessuto narrativo". (Varese, 1961: p. 555). En los años sucesivos, los mayores y más preparados críticos italianos se enfrentarán a la obra de B. con la intención de encuadrarla. Ejemplo singular es el de Emilio Cecchi, crítico de la vieja escuela rondista, ajeno a las coordenadas culturales del argentino, pero lector de finísimo olfato que en un breve artículo y sin recurrir a los tópicos de rigor dará de él una imagen concisa y sosegada a los lectores italianos (Cecchi, 1964). En este proceso de asimilación, por lo general entusiasta, se alzan las primeras voces discordantes provenientes de la crítica militante, historicista y marxista, que adivinan en B. el riesgo de "un esercizio illimitato e a freddo, di aride supposizioni-limite, il cui perfetto equivalente potrebbe rinvenirsi in certo atteggiarsi di certa critica attuale, così sgombra, e impunemente, di continuità e di problematica morale e critica". (Binni, 1964: p. 854). No olvidemos que son éstos los años de la neovanguardia italiana, del Gruppo 63, de la apertura postcrociana a las nuevas corrientes de la ciencia literaria y del interés por los métodos semióticos y estructurales y la nouvelle critique, del pensiero debole. Un análisis pormenorizado de estas cuestiones trascendería las dimensiones y objetivos de este estudio. Bástenos señalar que en una nueva edición einaudiana de la traducción de Ficciones de Franco Lucentini, que vio la luz en 1967, se incluyó, a modo de prefacio, la traducción de un texto de Maurice Blanchot, "L'infini littéraire: l'Aleph", perteneciente a Le livre è venir (19592). Elección importante y significativa la del escritor-filósofo francés, uno de los más lúcidos intérpretes de B. y a la vez uno de los ejemplos del pensamiento de la crisis global que empezó a manifestarse a fines de los años 50 y que llevó al superamiento de la Modernidad. La parentela epocal de ambos escritores y la presencia de ciertas inquietudes comunes han sido ya señaladas. Concretamente,, el "aire colectivo" (Guillén, 1985: p. 79) que Borges y Blanchot respiran se inscribiría en el marco de la cesura entre Modernidad y Postmodernidad, que en campo filosófico se remontaría al pensamiento de Nietzsche y Heidegger y su crítica de la tradición metafísica occidental, "a tradition that conceives Being (and any being) as an object of mastery and seizure within the framework of a dialectical, finalized history" (Collin, 1990: p. 82)., y que en literatura se encarnaría entre otras cosas en el cambio de formas y géneros y en una crítica del concepto tradicional de literatura que constata "the impossibility of unity and totality" (Ibid.: p. 83). Así pues, henos aquí de nuevo a las puertas de ese laberinto literario y fenoménico del que hablaba Italo Calvino en 1962 (en "La sfida al labirinto") y que podría resumir el debate cultural italiano (y europeo) de los años 60, con la obra de B. firmemente instalada en ese contexto, casi una piedra de toque para internarse en los meandros de la crisis colectiva de nuestro tiempo. El éxito cosechado por las traducciones italianas del escritor argentino será asimismo una de las causas del boom editorial de la literatura latinoamericana a partir de los años 60 (Sorrentino, 1975: p. 70; Calvino, 1984), un boom en el que con el tiempo se distinguirán dos filones: por una parte el cosmopolitismo criollo de una Latinoamérica europeizante (Borges, Cortázar, Macedonio Hernández); por la otra, el realismo mágico de la vertiente centroamericana y caribeña (Juan Rulfo y, sobre todo, Gabriel García Márquez).

 

6. Ya hemos señalado la absoluta predilección por el B. narrador que las primeras traducciones italianas manifiestan. Las actitudes frente a la obra poética del argentino oscilan entre el ostracismo generalizado y la justificación de la propia preferencia, como en el caso de Francesco Binni, que denuncia la rigidez de la poesía borgeana, un "immoto monologo", una "«pratica manchevole»" (Binni, 1964: p. 853). Sin embargo, ya en la introducción de Tentori Montalto a L'Aleph, se apreciaba en B. más el sentimiento que la concepción del mundo, "come si conviene a un poeta" (Tentori Montalto, 1959: p. 10). También Emilio Cecchi parece preferir el componente lírico y reprueba la "lentezza e pesantezza nello stile narrativo dei suoi exempla" (Cecchi, 1964). Ya en 1961 Claudio Varese había abogado por la traducción de las poesías de B., "Forse meno impegnative", pero que ayudarían a "la conoscenza delle ragioni profonde di quest'arte e di quest'atteggiamento" (Varese, 1961: p. 555). Tarea ésta que recaería en un gran conocedor de la obra borgeana, Umberto Cianciòlo, que había traducido y publicado ya algunas líricas en 1961. En 1969 Einaudi publica Carme presunto e altre poesie [11], que traducía el volumen Poemas (1923-1958) publicado en Buenos Aires en 1958. La introducción de Cianciòlo marca un hito en la recepción de B. en Italia. En ella, el crítico y traductor da una serie de claves para la comprensión del mundo borgeano, pero sobre todo afirma la esencial superioridad de la obra poética respecto a la narrativa. Para Cianciòlo, en la poesía "s'invera la quintessenza di quello che Borges chiama «el hecho estético» e s'instaura (...) un effettivo vincolo di comunicazione fra il creatore e il lettore." (Cianciòlo, 1969: p. 28). Denuncia asimismo la pereza de la crítica italiana a la hora de enfrentarse a la poesía de B., considerada de forma acrítica "una manifestazione secondaria, aggiuntiva o integrativa del suo essere" (ibid.: p. 27) y pone en discusión las consabidas etiquetas que se habían manejado para referirse a B. en los quince años transcurridos desde la primera traducción de Lucentini (intelectualismo, cerebralismo, abstracción, etc.). La importancia de la operación de Cianciòlo es indiscutible: dos años más tarde, en 1971, aparece el libro de poemas Elogio dell'ombra [14], a sólo dos años del original. En 1974 aparece L'oro delle tigri [24], también dos años después del original. A partir de ahora, la traducción de las obras de B. prescindirá del criterio de género y el interés editorial por la obra borgeana no tendrá ya confines. Los títulos se sucederán ininterrumpidamente y cualquier nuevo libro de B. será traducido con una celeridad obsesiva. En esos años aparecen también Evaristo Carriego  [12], los relatos de Il manoscritto di Brodie [15] (un año después del original), Discussione [20], Il "Martín Fierro" [21], Nuova antologia personale [27], Il libro di sabbia [28], y empiezan a traducirse las obras en colaboración con Adolfo Bioy Casares19.

La máquina editorial italiana había recuperado sin duda el tiempo perdido, y como consecuencia de ello el interés por el personaje y la elaboración del mito Borges siguen su curso, ahora con renovados esfuerzos20: en 1966 el Ayuntamiento de Milán le había concedido el premio "La Madonnina" (Vian, 1980: p. 20), en los primeros años 70 se harán dos reducciones teatrales basadas en dos relatos suyos21, en 1971 aparecen los coloquios con Richard Burgin, Conversazioni con Borges [13], dos años después del original inglés, en 1971 aparece la monografía de Stelio Cro, el primer autor italiano que da una visión de la obra borgeana en su conjunto y no sólo de los relatos (como era el caso de la monografía de Genot, 1969) (Cro, 1971).

Un papel de primera importancia en la difusión de B. en Italia, tanto cuantitativa como cualitativamente lo ha jugado sin duda el editor Franco Maria Ricci, que lo conoció por el año 72-73, en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (Rossani, 1977: p. 108). Las iniciativas editoriales del tándem Franco Maria Ricci-Jorge Luis Borges empiezan en el 72 con la publicación de Cielo e inferno [17] en edición numerada22. Otros libros publicados por la misma editorial serán Racconti brevi e straordinari [23], Il Congresso [31], Venticinque agosto 1983 e altri racconti inediti di Jorge Luis Borges [34], A/Z [49], Libro di sogni [51], Nuovi racconti di Bustos Domecq [53]. A partir de 1976 empieza a publicarse "La Biblioteca di Babele", una colección de volúmenes de la literatura universal seleccionados y prologados por Borges para Ricci23. Una iniciativa de este tipo muestra bien a las claras hasta qué punto B. se había convertido ya en Italia en un Maestro no sólo de estilo y de creación, sino de gusto, una especie de gurú de la literatura, casi una encarnación de la misma. Proceso éste de mitificación perfectamente visible en los años 70 y que inicia con un acercamiento cada vez mayor al escritor entendido como personaje, como figura pública. Entrevistas y perfiles aparecidos en prensa cotidiana y semanal serán fundamentales a este respecto. Uno de los temas recurrentes en estos años es el del "conservadurismo" de B.24, tema que hay que poner en relación con la delicada situación política y social de la Italia de los 70, con el terrorismo de las Brigadas Rojas y de los grupos neofascistas y con las matanzas de Estado, los servicios secretos desviados, el "peligro rojo", etc. Era inevitable que en una situación tan tensa, en los años de la "literatura comprometida", la posición política de un escritor de fama tuviera una importante repercusión entre los críticos. De esta forma, se achacará a B. su poca preocupación por las cuestiones sociopolíticas, su "antipassione" (Lilli, 1970), se hará hincapié en su falta de compromiso (Lucentini, 1971), se llegará incluso a enjuiciar su obra negativamente desde esta perspectiva, acusándola de ser un "catalogo della vecchiezza e della rassegnazione" (Magris, 1974), "una facciata dietro la quale non si trova precisamente nulla" (Luzi, 1971). No falta tampoco quien, con tono conciliador, intenta ubicar la posición política de B. en el contexto argentino, en su relación con el peronismo, el nacionalismo y el justicialismo (Barbato, 1972; Sovico, 1976), o quien en tono conciliador recalca su antifascismo, "totale e fuori discussione" (Sorrentino, 1975: p. 69). Paralelamente a este "proceso político" y estrechamente ligada a él procede la formación de lo que llamaremos la "vulgata crítico-borgeana": "une série d'idées reçues, de formules attendues et répétitives, voire d'habitudes idiomatiques" (Bernès, 1993: p. XIX). Etiquetas y estilemas que se repiten en diferentes artículos e intervenciones aparecidos en la prensa de esos años25. Sin olvidar tampoco tentativas de equilibrar la balanza, reivindicando un B. más humilde y humano (Sábato: 1976a; 1976b). De esta forma y tras veinte años de fortuna en los que la fama de B. fue creciendo de forma imparable, pasando de un ámbito elitario a la difusión de masa, todo está preparado para la llegada del Maestro. Borges, el poeta ciego que lo ha leído todo, el nuevo Homero, "il custode di Babele" (Staglieno, 1979) en persona, se apresta a visitar Italia.

 

7. En abril y mayo de 1977, invitado por el editor Franco Maria Ricci, B. llega a Italia por primera vez26. El recibimiento no puede ser más caluroso. Borges es aclamado por revistas y diarios, que publican en los días sucesivos a su llegada entrevistas, poemas, encuentros27. El itinerario comprende Milán, Venecia, Parma, Florencia, Roma, Pesaro, donde recibirá el premio "Labirinto d'argento", que le fue concedido por el Centro de Estudios Heliopolis (Bernardi Guardi, 1979). Ricci, anfitrión excepcional y amante de los grandes eventos, organiza una fiesta versallesca en honor de B. en su propiedad de Masone (Fontanellato, Parma): "mille inviti, quasi duemila persone, déjeuner sur l'herbe e un pauroso ingorgo stradale" (Riva, 1977: p. 69). Se suceden las entrevistas a los periódicos y a la televisión, los encuentros en casas privadas y en fundaciones. Especial atención se le dedicó a su encuentro con Eugenio Montale, en la casa milanesa del poeta, acompañado para la ocasión por Domenico Porzio (Porzio, 1977; Dini, 1984: p. 149)28.

Borges es aclamado como "il più grande poeta sudamericano" (Rossani, 1977), "uno degli ultimi grandi scrittori" (Arbasino, 1977a), "il più grande scrittore dell'America Latina, uno dei più grandi del mondo" (Quarantotto, 1977), fórmulas que repiten el famoso juicio de Guido Piovene (Sorrentino, 1975)29. Se adivina en casi todas las intervenciones una especie de culto de Borges, al que se debe "tributare commossa reverenza" (Gianfranceschi, 1977: p. 147). Resulta de ello una imagen hiperbólica y mítica del escritor argentino: "conoscitore inarrivabile di testi antichi e moderni" (ibid.), "ricchezza culturale immensa" (Rossani, 1977: p. 110), "non c'è autore - antico e moderno - che non abbia letto, e in originale" (Gervaso, 1978), su mundo literario es "il più ricco che uno scrittore abbia attraversato" (Calcagno, 1977)30. No faltan tampoco las voces desmitificadoras, que reaccionan contra la orgía de laberintos y espejos orquestada por la "vulgata crítico-borgeana" (Laurenzi, 1977).

Por otra parte, como era de esperar, las posiciones políticas de Borges serán uno de los blancos favoritos de los periodistas y críticos de la izquierda discordante. En efecto, Franco Maria Ricci y cuantos acompañan a B. ponen especial atención en evitarle las preguntas de contenido político y le aconsejan "prudenza nelle dichiarazioni politiche, in Europa" (Riva, 1977: p. 75), lo cual irrita aún más a sus detractores, que ven en ello un intento de pacificar de esta forma "il lettore (o l'editore e meglio ancora il comitato di redazione o il consiglio di fabbrica)" (Laurenzi, 1977). Tenemos así una contrafigura de B., un personaje frío, orgullosamente snob, reaccionario y anticomunista (Savioli, 1977). Sin embargo, la mayoría de los críticos "absuelve" al escritor argentino, en algunos casos separando totalmente al hombre del escritor (Bianchini, 1977), en otros, quitando importancia o credibilidad a sus declaraciones (Arbasino, 1977a; Calcagno, 1977) o incluso defendiendo a capa y espada su conservadurismo, en abierta provocación a la cultura de izquierdas (Gianfranceschi, 1977).

Desde un punto de vista editorial, en 1977, año del primer viaje de Borges y de su consagración definitiva y masiva aparece Il libro di sabbia [28] y el volumen de lujo Norah [29]. El interés por B. hace que se publique todo lo que lleva su nombre. En 1979, con motivo del 1900 aniversario de la destrucción de Pompeya, se publica en L'Espresso (15 de abril de 1979) un texto suyo, fechado en septiembre de 1978 y titulado "Però, com'era romantica la parola Disastro". Ese mismo año aparece Borges al cinema [30], volumen que recoge las recensiones cinematográficas publicadas por B. en la revista Sur entre 1931 y 1940 (traducción del volumen editado por Cozarinsky, Edgardo, Borges y el cine, Buenos Aires, Sur, 1974), en el 80 Poesie (1923-1976) [33]. En esos años aparecen los libros de poemas La moneta di ferro [37] y La cifra [41], así como los dos libros de conferencias Oral [38] y Sette notti [44]. En 1982 se traducen los coloquios con María Esther Vázquez, Colloqui con Borges. Immagini, memorie, visioni [40], que incluye una "Cronología" (pp. 317-331) y una "Bibliografía" de y sobre B. (pp. 345-357), así como una "Bibliografía italiana" (pp. 354-357), la más completa hasta esa fecha, todas ellas a cargo de la traductora, Maria Teresa Marzilla.

 

8. Así pues, en los años que van desde 1977 hasta 1986 (año de su muerte), la presencia de B. en el ámbito cultural italiano es constante, diríamos casi dada por descontada. Con cierta regularidad siguen apareciendo entrevistas en la prensa, normalmente incluyendo traducciones de poemas (Foà, 1979; Gramigna, 1979; Rossella, 1983). En 1977, el hispanista Roberto Paoli publica Borges. Percorsi di significato, inteligente monografía dedicada a los relatos del argentino (Paoli, 1977). En el 78 se publica un libro de conversaciones con el intelectual del área católica Vittorio Vettori (Vettori, 1978). En 1979 aparece la monografía de Marco Bernardi Guardi, L'io plurale (Borges et Borges), que recoge una serie de ensayos sobre la prosa borgeana y la relación de un encuentro con motivo del viaje a Italia del 77. En 1980 aparece el manual divulgativo de Cesco Vian, Invito alla lettura di Jorge Luis Borges, perteneciente a la colección que la editorial Mursia dedica a los clásicos (Vian, 1980) y que sanciona definitivamente la importancia de la presencia borgeana también fuera de los círculos académicos e intelectuales. En 1982 se traduce la biografía literaria que Emir Rodríguez Monegal había dedicado a B. en 1979 (Rodríguez Monegal, 1982). En la introducción a una nueva edición de Storia universale dell'infamia publicada en 1981, Carlo Fruttero y Franco Lucentini se dirigen ya a un público de incondicionales, perfectamente educado, "agli adepti, ai borgesiani incalliti (...) gente che il grande Borges lo conosce a menadito, lo sa praticamente a memoria" (Fruttero-Lucentini, 1981: p. 9).

En esos años B. es ya toda una institución internacional, viaja continuamente por el mundo, dando conferencias, cursos, participando en encuentros y congresos, acompañado siempre por María Kodama. En marzo del 84, en su viaje de Buenos Aires a Tokio, invitado por la editorial Novecento, hará escala en Palermo, donde se le entregará el Premio del mismo nombre (Porzio, 1984)31. Irá también a Venecia, donde participará en el Congreso "Il secondo rinascimento. La finanza e la scienza", organizado por la Fondazione Cini (Borges, 1986)32. En octubre de ese mismo año volverá a pasar por Italia. En esa ocasión será recibido en el Palacio del Quirinale por Sandro Pertini, el entonces presidente de la República (Borges, 1984: p. 147). El 16 de octubre será homenajeado en el Ministero della Pubblica Istruzione. Encargado de leer el discurso en su honor será ni más ni menos Italo Calvino, que en pocas página dará una de las contribuciones italianas más importantes sobre el escritor argentino (Calvino, 1991)33. En ese mismo año aparecerá el primer volumen (de los dos prospectados) de las obras completas de B. en italiano, Tutte le opere [45], edición de Domenico Porzio, en la colección "I Meridiani" de la Mondadori (el 2º volumen aparecerá en 1985). Acontecimiento editorial sin precedentes en Italia y no sólo, ya que en ese momento ni siquiera las Obras completas publicadas por Emecé incluían una cantidad tan grande de títulos, pues llegaban sólo hasta el 72, mientras la versión italiana incluía hasta Atlas (cuya 1ª edición es de 1984). Paradójicamente, la edición más completa de las opera omnia de B. veía la luz en una lengua extranejra, como prueba de la apasionada recepción de que era objeto la obra borgeana en Italia. En la "Introducción" al primer volumen, Porzio hablaba de B. como de un clásico a todos los efectos, defendía la igual dignidad de su prosa y de su poesía y hacía hincapié en el papel que su fortuna en Italia había jugado a nivel internacional, en "un quadro nel quale ispanisti, scrittori e critici italiani hanno iscritto segni non marginali" (Porzio, 1984: p. XV).34

En mayo de 1985 Borges pasó por Milán, como se deduce de la introducción de Porzio al 2º volumen de las obras completas, en la que se habla de una estancia del traductor en Buenos aires en junio de 1985 y se señala "ci eravamo incontrati a Milano meno di un mese fa" (Porzio, 1985: p. XII). Entre noviembre y diciembre de ese mismo año, invitado por la Fondazione di Cultura Internazionale Armando Verdiglione, vuelve a Milán, donde mantendrá una serie de conversaciones-entrevistas públicas y privadas con periodistas e intelectuales, recogidas en el volumen Una vita di poesia [57].

Entre el 84 y el 85 aparecen unos cuantos volúmenes relacionados de una forma u otra con B.: se traduce el volumen Borges at eighty, edición de Willis Barnstone, con el título Conversazioni americane [46], aparece Il libro degli esseri immaginari [47], una nueva traducción de Literaturas germánicas medievales [48], algunos volúmenes ya mencionados de la Franco Maria Ricci, Atlante [50] y Nove saggi danteschi [52].

 

9. En junio de 1986, el Borges de carne y hueso muere, a los 87 años de edad. En la primera página del cotidiano Corriere della sera, como si se tratara de uno de los grandes escritores italianos, aparece un artículo necrológico del traductor y amigo Domenico Porzio en el que se narra el funeral y otros detalles (Porzio, 1986). No obstante, el mito Borges seguirá viviendo en el decenio transcurrido desde entonces, como se puede observar a partir de las iniciativas editoriales, que siguen apareciendo con impertérrita regularidad. Agotada ya la vena narrativa, la máquina editorial italiana debe explotar los otros géneros, ya sean entrevistas, ensayos, conferencias, antologías... Entre el 86 y el 90 aparecen los tres volúmenes de conversaciones con Oswaldo Ferrari ([54], [58], [60] ), con notas introductivas de Tentori Montalto en las que se ofrece un breve perfil del "Socrate del nostro tempo" (Tentori Montalto, 1990: p. 5). En 1986 se publica I congiurati [56], último libro de poesías de B. Asimismo, ven la luz algunos volúmenes colectivos en los que se incluyen textos de B. ( [59], [63] ) y se siguen publicando volúmenes realizados en colaboración con otros autores (como Cos'è il buddismo [64], escrito a cuatro manos con Alicia Jurado en el 76). Tentori Montalto, primer traductor de El aleph en el lejano 1959, había pasado de su predilección por la prosa borgeana (Tentori Montalto, 1963: p. 8) a una mayor consideración por la obra lírica. En 1990 habla ya, refiriéndose al mundo de B., de "visione indubbiamente poetica (...) sia che si esprima in versi sia in prosa" y en 1991 edita una antología de poemas del argentino: Dall'intimità [61]. El título indica ya las intenciones del traductor-antólogo. La atención ya no se concentra en el B. metafísico y solemne como en los decenios pasados. En efecto, las tres secciones temáticas del volumen están dedicadas a: la tarde, los suburbios, el paisaje", "la belleza, el amor, la ausencia", "vejez, melancolía, despedida". Así pues, un B. intimista y recogido, "in qualche modo segreto" pero "che si fa amare di più" (Tentori Montalto, 1991: p. 6), muy distinto del mito Borges cultivado por editores, traductores y críticos italianos desde 195535.

Señalaremos también el papel que en el último decenio ha jugado la editorial siciliana Novecento. En 1991 aparece una serie de recensiones cinematográficas publicadas entre 1930 y 1945: Film [62], con una introducción de Jean Pierre Bernès, editor de las obras completas de B. en francés en la "Pléiade" de Gallimard y buen conocedor de su obra. Es evidente que, agotados los libros más famosos del escritor argentino y una vez muerto éste, las editoriales se lanzan a la busca de los más diversos y heterogéneos materiales con el fin de seguir aprovechando la fama alcanzada por la obra "mayor". Un ejemplo extremo (y censurable) de esta actitud es la publicación del volumen Il piacere della letteratura. Oscar Wilde e altri autori [65], aparecido en 1995. Todo en este libro, empezando por el paratexto36, traiciona las intenciones de una operación editorial con objetivos puramente económicos y no divulgativos. Así, fuera del cuerpo del texto, en la página del copyright y con caracteres pequeños, se señala que el título original de la selección "fu ideato dallo stesso Borges in previsione di una loro stampa originale" sin mayores informaciones al respecto y se afirma que los diferentes ensayos habían sido publicados "su vari quotidiani e riviste". Por otra parte, tanto en la introducción de Francesco Tentori Montalto como en la contracubierta del volumen se habla de los "inediti qui pubblicati" (Tentori Montalto, 1995: p. 7) y de "questa raccolta inedita di saggi", por lo que el lector medio que hojea el libro por primera vez se inclina a pensar que se trata de inéditos incluso en español, sobre todo porque en ningún caso se da la fecha ni el lugar de aparición original de los textos. El estudioso de B. constata que de los siete textos incluidos en el volumen sólo dos: "Il piacere della letteratura" ("La fruición literaria") y "La felicità scritta" ("La felicidad escrita") no habían aparecido en volumen, habiendo sido publicados respectivamente el 23 de enero de 1927 y el 24 de octubre de 1926 en el cotidiano bonaerense La Prensa. Los otros cuatro textos habían sido ya publicados de nuevo en volumen en los tres primeros libros de ensayos de B., más tarde repudiados por el autor. A saber: "Discredito e grandezza di Quevedo" ("Menoscabo y grandeza de Quevedo") es de Inquisiciones (1925); "Esame di un sonetto di Góngora" ("Examen de un soneto de Góngora") y "La ballata del carcere di Reading" ("La balada de la cárcel de Reading) estaban incluidos en El tamaño de mi esperanza (1926); "Il culteranismo" ("El culteranismo") y "Un sonetto di Don Francisco de Quevedo" ("Un soneto de Don Francisco de Quevedo") pertenecen a El idioma de los argentinos (1928). Es decir, en todos los casos se trata de textos pertenecientes al primer Borges, con un estilo verboso y argentinizante al que los lectores italianos no especialistas no están acostumbrados. Pero no sólo no se dice nada de los textos para contextualizarlos, sino que en la portada y en la pág. 11 aparecen sendas fotos de B. hechas en 1984, con motivo del viaje a Palermo para recoger el premio Novecento. Se trata por supuesto del Borges anciano, con traje negro, bastón de ciego y mirada perdida, del mito Borges. El B. que el lector espera encontrar en los textos seleccionados. A todo ello hay que sumar el carácter engañadizo del subtítulo. En efecto, al título Il piacere della letteratura sigue la aclaración Oscar Wilde e altri autori. Cúal no será la sorpresa del lector cuando al abrir el libro descubre que de siete artículos dos hablan de la literatura en general, cuatro de autores clásicos españoles y uno sólo de Wilde (autor masificado debido al interés que su vida y su figura han suscitado siempre). De hecho, la introducción de Tentori Montalto lleva por título "Borges e i classici spagnoli". Y es que el título italiano responde, como casi siempre, a ese afán de "desargentinización sistemática" que dio inicio con las primeras traducciones francesas de B. (Bernès, 1993: p. XX). El lector italiano medio, el "devoto" del mito Borges del que hablaban Fruttero y Lucentini en 1981, espera encontrarse delante de otra de las lecciones magistrales del Conocedor Ilimitado de todas las literaturas, como por otra parte parece prometer el paratexto. Presentar el volumen como una serie de escritos juveniles en los que B. ajustaba cuentas con algunos de los maestros de la literatura castellana en años en los que la civilización literaria argentina luchaba por conquistarse una identidad propia era más arriesgado a la hora de vender libros, pero sin duda respondía más a la realidad.

Nos hemos detenido en el examen del volumen citado porque nos parece delatar una actitud muy difundida en el mundo editorial de hoy en día, pero no por ello menos peligrosa. Podemos sólo esperar que en el futuro las iniciativas editoriales italianas relacionadas con B. estén guiadas por una lógica no exclusivamente comercial y ayuden a mejorar la comprensión de un escritor que es ya patrimonio de todos.

 


Traducciones de Borges en italiano

 

[1] 1955, La biblioteca di Babele, trad. de Franco Lucentini, Torino, Einaudi.

[2] 1959, L'Aleph, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Feltrinelli (en "Biblioteca di Letteratura-I Classici Moderni"; nueva edición en el 61, en la "Universale Economica"; 2ª ed. 1975; 3ª ed. 1977).

[3] 1961, Finzioni. La biblioteca di Babele, nueva edición de Einaudi de La biblioteca di Babele. Otra edición en 1967, con un ensayo-prefacio de Maurice Blanchot: "L'infinito letterario"; otra en 1971 en "Nuova Universale Einaudi". Con una introducción de Domenico Porzio y el ensayo de Maurice Blanchot la editorial Mondadori la volvió a publicar en el 74, en la colección de bolsillo "Oscar Mondadori".

[4] 1961, Storia universale dell'infamia, trad. de M. Pasi, Milano, Il Saggiatore (introducción de Franco Lucentini y Carlo Fruttero en la edición de 1981).

[5] 1962, Antologia personale, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Silva (2ª ed. 1965).

[6] 1962, Manuale di zoologia fantastica, trad. e introd. de Franco Lucentini, Torino, Einaudi (2ª ed. 1970; "Nuovi Coralli", 1979).

[7] 1962, Storia dell'eternità, trad. de L. Bacchi Wilcock, Milano, Il Saggiatore.

[8] 1963, Altre inquisizioni, trad. e introd. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Feltrinelli ("Univ. economica", 1973; 2ª ed. 1976).

[9] 1963, L'artefice, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Rizzoli.

[10] 1967 Antologia personale, trad. de Maria Vasta Dazzi, Milano, Longanesi (2ª ed. 1969; en la edición de 1979, presentación de Alberto Arbasino).

[11] 1969, Carme presunto e altre poesie, trad. de U. Cianciòlo, Torino, Einaudi (republicado por los "Oscar" Mondadori, 1972).

[12] 1970, Evaristo Carriego, trad. de Vanna Brocca, Miláno, Palazzi (en 1972, Torino, Einaudi, en la colección "Nuovi Coralli").

[13] 1971, Conversazioni con Borges, ed. de Richard Burgin, trad. de Vanna Brocca, Milano, Palazzi.

[14] 1971, Elogio dell'ombra, trad. de Francesco Tentori Montalto, incluye "Abbozzo di autobiografia" de Norman Thomas di Giovanni, traducido por Floriana Bossi, Torino, Einaudi, "Einaudi Letteratura"; 2ª ed. 1972; "Nuovi Coralli" 1977).

[15] 1971, Il manoscritto di Brodie, trad. de Livio Bacchi Wilcock, Milano, Rizzoli.

[16] 1971, Sei problemi per Don Isidro Parodi, en colaboración con Adolfo Bioy Casares, trad. de Vanna Brocca, Milano, Palazzi (1978, Roma, Editori Riuniti).

[17] 1972, Cielo e inferno, antología de autores a cargo de Borges y Bioy Casares, trad. de Antonio Porta y Marcelo Ravoni, pres. de Roger Caillois, Parma, Franco Maria Ricci (ed. lujo, numerada).

[18] 1972, Un modello per la morte, en colaboración con Bioy Casares, con el seudónimo Suárez Lynch, trad. de Vanna Brocca y Rosa Rossi, introd. de Vanni Blengino, Milano, Palazzi (1980, Roma, Editori Riuniti, con la misma introducción; 2ª ed. 1981).

[19] 1973, Brume, dei, eroi, en colaboración con María Esther Vázquez, trad. de Gianni Guadalupi y Marcelo Ravoni, presentación de Giovanni Mariotti, Milano-Parma, Franco Maria Ricci (traducción de Antiguas literaturas germánicas ).

[20] 1973, Discussione, trad. de Livio Bacchi Wilcock, Milano, Rizzoli.

[21] 1973, Il "Martìn Fierro", Milano, Palazzi, trad. e introd. de Vanna Brocca, ilustraciones de Carlos Alonso presentadas por Marco Valsecchi.

[22] 1973, Manuale di zoologia fantastica, con seis aguafuertes de Enrico Baj, la misma traducción de Franco Lucentini, del 62, Verona, Gino Castiglioni & Alessandro Corubolo, 80 ejemplares firmados por el grabador y numerados.

[23] 1973, Racconti brevi e straordinari, antología de AAVV a cargo de Borges y Bioy Casares, trad. di Gianni Guadalupi, Parma-Milano, Franco Maria Ricci.

[24] 1974, L'oro delle tigri, trad. de Livio Bacchi Wilcock y Juan Rodolfo Wilcock, Milano, Rizzoli.

[25] 1974, Siete poemas sajones. Seven Saxon Poems.. Impressions by Arnoldo Pomodoro, Verona, Plain Wrapper Press (100 ejemplares, edición de lujo).

[26] 1975, Cronache di Bustos Domecq, en colaboración con Bioy Casares, trad. de Francesco Tentori Montalto, Torino, Einaudi.

[27] 1976, Nuova antologia personale, trad. de Livio Bacchi Wilcock, Milano, Rizzoli.

[28] 1977, Il libro di sabbia, trad. de Livio Bacchi Wilcock, Milano, Rizzoli.

[29] 1977, Norah, edición con 15 litografías de Norah Borges encontradas en Milán por Alberto Vigevano, trad. de Domenico Porzio, prólogo de Borges, incluye un texto de D. Porzio, "Visita a Borges", Milano, Il Polifilo (500 ejemplares).

[30] 1979, Borges al cinema, recensiones cinematográficas publicadas en la revista Sur entre 1931-40, ed. de Edgardo Cozarinsky, prólogo de Adolfo Bioy Casares, Milano, Il Formichiere.

[31] 1979, Il Congresso, trad. de Gianni Guadalupi, con una entrevista, una cronología y una bibliografía de María Esther Vázquez, Milano-Parma, Franco Maria Ricci.

[32] 1980, Libro delle visioni di Jorge Luis Borges, ensayo histórico-crítico de Mariusz Karpowicz, antología de AAVV, contiene el relato de B. "25 de agosto de 1983", Milano-Parma, Franco Maria Ricci (de lujo).

[33] 1980, Poesie (1923-1976), seleccionadas por Jorge Luis Borges, introducción y notas de Roberto Paoli, trad. di Livio Bacchi Wilcock, Milano, Rizzoli.

[34] 1980, Venticinque Agosto 1983 e altri racconti inediti de J.L.B., (incluye los relatos de La memoria de Shakespeare, excepto el relato homónimo; incluye "Utopía de un hombre que está cansado" de El libro de arena ), editado con motivo de su 80º cumpleaños, con una entrevista de María Esther Vázquez, Parma-Milano, Franco Maria Ricci.

[35] 1981, Antologia della Letteratura fantastica, en colaboración con Bioy Casares y Silvina Ocampo, trad. de AAVV, prefacio de Bioy Casares, prefacio a la edición italiana de Borges y Bioy Casares, Roma, Editori Riuniti.

[36] 1981, Gli altri, en colaboración con Bioy Casares, prefacio de Gilles Deleuze, trad. de Armando Marchi, Milano, Shakespeare and Company (traducción de un volumen francés: Les autres ).

[37] 1981, La moneta di ferro, ed. de Cesco Vian, Milano, Rizzoli.

[38] 1981, Oral, trad. de Angelo Morino, Roma, Editori Riuniti.

[39] 1982 I signori del mistero, antología de relatos policiales, ed. de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, Roma, Editori Riuniti (traduce Los mejores cuentos policiales ).

[40] 1982, Colloqui con Borges. Immagini, memorie, visioni, Palermo, Novecento (coloquios con María Esther Vázquez).

[41] 1982, La cifra, trad. de Doemnico Porzio y Hado Lyria, Milano, Mondadori.

[42] 1983, Antologia della letteratura fantastica, antología de AAVV a cargo de Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares 2ª ed., Roma, Editori Riuniti (traduce Antología de la literatura fantástica).

[43] 1983, La cattedrale della paura. Due secoli di racconti polizieschi, en colaboración con A. Bioy Casares, Roma, Editori Riuniti (traduce Los mejores cuentos policiales, 1ª serie).

[44] 1983, Sette notti, trad. Mirka Eugenia Moras, Milano, Feltrinelli.

[45] 1984-1985, Tutte le opere, ed. de Domenico Porzio, Milano, Mondadori, colección "I Meridiani", 2 vols. El primer volumen comprende una "Introduzione" de D. Porzio y las siguientes obras: Fervore di Buenos Aires (trad. de Domenico Porzio y Hado Lyria), Luna di fronte (trad. de D. Porzio y H. Lyria), Quaderno San Martín (trad. de D. Porzio y H. Lyria), Evaristo Carriego (trad. de Vanna Brocca), Discussione (trad. de Livio Bacchi Wilcock), Storia universale dell'infamia (trad. de Mario Pasi), Storia dell'eternità (trad. de L. Bacchi Wilcock), Finzioni (trad. de Franco Lucentini), L'Aleph (trad. de Francesco Tentori Montalto), Altre inquisizioni (trad. de Francesco Tentori Montalto) y L'Artefice (trad de Francesco Tentori Montalto); el segundo volumen comprende una "Introduzione" de D. Porzio (IX-XXXI) y las siguientes obras: L'altro, lo stesso (trad. de Francesco Tentori Montalto), Per le sei corde (trad. de Domenico Porzio y Hado Lyria), Elogio dell'ombra (trad. de Francesco Tentori Montalto), Il manoscritto di Brodie (trad. de L. Bacchi Wilcock), L'oro delle tigri (trad. de Livio Bacchi Wilcock y Juan Rodolfo Wilcock), Il libro di sabbia (trad. de L. Bacchi Wilcock), La rosa profonda (trad. de D. Porzio y H. Lyria), Prologhi (trad. de Cesco Vian), La moneta di ferro (trad. di Cesco Vian), Storia della notte (trad. de D. Porzio y H. Lyria), Tre racconti (trad. de Gianni Guadalupi), La cifra (trad. de D. Porzio), Saggi danteschi (trad. de Gianni Guadalupi) y Atlante (trad. de D. Porzio y H. Lyria).

[46] 1984, Conversazioni americane, ed. de Willis Barnstone, trad. de Franco Mogni, Roma, Editori Riuniti.

[47] 1984, Il libro degli esseri immaginari, trad. de Fausta Antonucci, Roma-Napoli, Theoria.

[48] 1984, Letterature germaniche medioevali, en colaboración con María Esther Vázquez, trad. de Fausta Antonucci, Roma-Napoli, Theoria.

[49] 1985, A/Z, diccionario borgeano a cargo de Gianni Guadalupi, Milano, Franco Maria Ricci.

[50] 1985, Atlante, trad. de Domenico Porzio y Hado Lyria, Milano, Mondadori.

[51] 1985, Libro di sogni, relatos de AAVV seleccionados por Borges, trad. di Tilde Riva, Parma-Milano, Franco Maria Ricci.

[52] 1985, Nove saggi danteschi, trad. di Gianni Guadalupi e Sergio Mancini, prefacio de Giorgio Petrocchi, Milano, Franco Maria Ricci.

[53] 1985, Nuovi racconti di Bustos Domecq, trad. di Tilde Riva, en colaboración con Bioy Casares, Parma-Milano, Franco Maria Ricci.

[54] 1986, Conversazioni con Oswaldo Ferrari, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Bompiani.

[55] 1986, El advenimiento. Libro in bianco, un poema de Borges y nueve caligrafías de Raymundo Sesma, con transcripción Braille del texto, Milano, Grafica Uno.

[56] 1986, I congiurati, Domenico Porzio y Hado Lyria, Milano, Mondadori.

[57] 1986, Una vita di poesia, transcripción de entrevistas, trad. del francés de Alessandro Atti y Anna Gloria Mariano, prefacio de Anthony Kerrigan, "Con Borges a Milano", pp. I-VIII, Milano, Spirali.

[58] 1987-1989 (?), Altre conversazioni con Oswaldo Ferrari, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Bompiani.

[59] 1987, Realismo fantastico. Gioco di specchi su Swedenborg, Kant, Borges, escritos de J. L. Borges, Jorge Eugenio Dotti, Hans Radermacher, ed. de Vittorio Dotti, Napoli, Bibliopolis.

[60] 1990, Ultime conversazioni con Oswaldo Ferrari, trad. de Francesco Tentori Montalto, Milano, Bompiani.

[61] 1991, Dall'intimità, trad. y edición de Francesco Tentori Montalto, Firenze, Passigli.

[62] 1991, Film, trad. y edición de Winda Leone, Palermo, Novecento.

[63] 1991, In quante lingue si può sognare?, trad. del inglés de Raul Montanari, Milano, Leonardo (traduce el volumen In memory of Borges, publicado en 1988. Incluye una "Nota del curatore", Norman Thomas di Giovanni, una conferencia "Borges su Borges" de J. L. Borges (del '83) y otras dos, una de Graham Greene y otra de Mario Vargas Llosa que forman parte de una serie de encuentros públicos inaugurados en 1983 por el mismo Borges, encuentros patrocinados por la Sociedad angloargentina de Londres).

[64] 1995, Cos'è il buddismo, en colaboración con Alicia Jurado, trad. de Francesco Tentori Montalto, Roma, Newton.

[65] 1995, Il piacere della letteratura. Oscar Wilde e altri autori, trad. de Gianni Guadalupi y Francesco Tentori Montalto, introducción de éste último titulada "Borges e i classici spagnoli" (7-10), Palermo, Novecento.

[66] Poesie, Milano, Mondadori, colección "I Miti Mondadori".

 


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