María Valero Gisbert

 

Ester Yáñez, Mª Jesús Beltrán, Modismos en su salsa, Madrid, Arco, 1996

 
Todas las lenguas poseen unidades fraseológicas decía Jakobson, y como afirma Zuluaga1 "pertenecen a la norma lingüístico social". Alcanzar una competencia comunicativa en este campo no es tarea fácil, y mucho menos si se considera la escasa atención que se le ha prestado en los programas de didáctica de la lengua.
El principal objetivo que con este texto se proponen Beltrán y Yáñez es el de "facilitar la labor de comprensión y estudio del campo de modismos y fraseología del español moderno" (p. 7).
En cuanto a la terminología utilizada por las autoras para referirse al tema de su libro, es importante señalar, como ellas mismas se apresuran a aclarar, que
 
no es [su] intención entrar en la discusión teórica sobre la noción y límites de conceptos tales como "modismo", "frases fijas", "locuciones", etc. Con este manual pretendemos más bien hacer una aportación en el campo de la "lectura, comprensión y explotación didáctica" de ciertos aspectos idiomáticos de la lengua española hablada y escrita en la Península Ibérica y acercar al estudiante extranjero a los mismos (ibidem).
 
Este manual está dirigido a estudiantes con una sólida base de español.
 
El título de este libro, Modismos en su salsa es ya en sí mismo una explicación del contenido que va a desarrollar a lo largo de las seis unidades de que consta el texto.
El eje vertebrador en todas las unidades es la literatura. En efecto, se ha realizado una cuidada selección de textos literarios representativos de la lengua y la cultura hispánicas. La decisión de utilizar obras de autores contemporáneos permite un acercamiento cultural a determinadas tendencias de la sociedad de ese momento que pueden ser explotadas posteriormente en o fuera del aula.
Las operaciones que se proponen para adquirir el contenido fraseológico están enmarcadas en un contexto literario que presenta dichos modismos en situaciones comunicativas reales, reduciendo al máximo la ambigüedad. El objetivo es el de posibilitar la identificación de ese acto de habla en ese momento concreto, es decir, proporcionar las herramientas necesarias no sólo para determinarlo, sino para poder producirlo.
 
La presentación de dichas unidades se realiza a través de 5 bloques (entremeses, al grano, cada mochuelo a su olivo, de tu puño y letra, y a las claras), subdivididos a su vez en una serie de actividades cuyo enunciado, siguiendo la estrategia iniciada con el título mismo del libro, hace referencia también a un aspecto idiomático que explica el contenido del ejercicio en cuestión. Son, en definitiva, metamodismos.
Cada uno de estos bloques está articulado como sigue. En primer lugar presentan las autoras los modismos que se van a tratar en esa unidad, lo que ellas denominan 'el plato fuerte'. A la presentación-selección de lo que constituye ese plato fuerte sigue un breve resumen de la obra literaria que sirve de hilo conductor en esa unidad. A partir de aquí se propone un ejercicio de precomprensión lectora que tiene por objetivo desarrollar en el estudiante una estrategia que le permita hacer predicciones sobre el significado de algunas expresiones que aparecerán en el texto que seguidamente se le presenta. Además de esta tarea, que precede al texto mismo, cuyo objetivo es despertar el interés del estudiante y motivarle, se le proporciona la explicación de algunos vocablos o expresiones que puedan dificultar la comprensión de dicho texto. La verificación de que efectivamente ha habido comprensión se realiza desarrollando dos de las destrezas lingüísticas, la expresión oral y la expresión escrita. A partir de aquí se proponen una serie de actividades de reconocimento de modismos que preparan al estudiante para hacer transformaciones o crear un texto con modismos a partir de otro que no los contiene y viceversa. Lo que se pretende es comprobar que se han conseguido los objetivos fijados, en otras palabras, que ha habido asimilación de las unidades fraseológicas que se han tratado. Como se puede deducir, el grado de dificultad en la realización de estas tareas avanza progresivamente.
Es importante destacar el resumen de los modismos que se hace al final de cada unidad indicando el registro al que pertenecen, pues no se trata sólo de comprender su significado sino de que haya una adecuación pragmática en su realización.
Se incluyen finalmente tres apéndices. El primero corresponde a un glosario de los modismos tratados, explicando su significado. El segundo proporciona las soluciones a los ejercicios, y el tercero es una referencia bibliográfica de los autores y obras utilizadas.
Un factor interesante que quizás se habrá ido desarrollando en el aula lo constituye el hecho de contrastar estas expresiones comprobando si existe una correspondencia semántica y formal en las dos lenguas, si esa necesidad comunicativo-expresiva existe con una referencia diferente en la otra lengua o si por el contrario está ausente. Pues como afirma Steiner2 "el significado es una función de los antecedentes sociales e históricos, y de los reflejos compartidos", y como unidad semántica, según explicaba Casares3 en un seminario sobre lexicografía "pertenece al saber lingüístico tradicional de la comunidad hablante", por tanto, son parte de la lengua y como tales no pueden considerarse como apartes en los objetivos de la enseñanza de cualquier lengua.
Este libro constituye un material útil que debe estar presente en el aprendizaje de todo estudiante, pues si bien es cierto que se puede hablar una lengua sin conocer ni usar estas expresiones, es también verdad que sin ellas se pierde un aspecto importante de la comunidad lingüística en cuestión.
Con este texto las autoras dan la posibilidad a los estudiantes de niveles avanzados de ampliar sus conocimientos socioculturales al adentrarse en ese sabroso mundo de los modismos del español moderno.
 
María Valero Gisbert
 
EUSEBIO LLÁCER, INTRODUCCIÒN A LOS ESTUDIOS SOBRE TRADUCCÍÒN. HISTORIA, TEÒRÍA Y ANÁLISIS DESCRIPTIOVOS, VALENCIA, UNIVERSITAT DE VALENCIA, 1997
 
 
Ortega y Gasset1 justificaba la existencia de la traducción como una necesidad que "[corrige] la realidad natural que confina a los hombres en el recinto de lenguas diversas impidiéndoles la comunicación". Como se ha demostrado a lo largo de la historia, este ejercicio ha planteado numerosas cuestiones a las que no siempre se ha podido dar una respuesta que pudiera adecuarse a todas las situaciones. Dicho de otro modo, como Dominique Aury escribe en el prefacio al libro de Mounin2 Les problèmes théoriques de la traduction,

 

il s'agit donc, puisque le passage d'une langue à l'autre ne va pas de soi, de définir en quoi consiste l'obstacle, opération à la fois d'analyse (de quoi est fait tel ou tel obstacle) et de synthèse (quel est l'élément que ces obstacles ont en commun).
 
El texto de Llácer nos proporciona, desde un punto de vista lingüístico, una amplia panorámica de la problemática de la traducción. Su libro está dividido en tres partes. Las dos primeras son de carácter introductorio. En ellas expone varias cuestiones generales tratando de orientar al lector en lo que se refiere a la totalidad de esta tarea. En la última aborda el tema de la metodología.
En la primera parte "Breve perspectiva histórica de los estudios sobre traducción" presenta un breve resumen de las aportaciones teóricas que se han hecho sobre este tema en los distintos periodos de la historia, prestando mayor atención a la 'etapa moderna' (así la denomina Llácer) a partir de mediados del siglo XX. Aquí distingue el autor cinco grupos que clasifica según la orientación del estudio en: teorías lingüísticas, interculturales, intertextuales, la traducción entendida como proceso y, por último, enfoques interdisciplinarios o integradores.
Esta subdivisión es una síntesis de los problemas que plantea la traducción según la perspectiva desde donde se enfoque. Las teorías presentadas en este apartado representan un punto de partida, de reflexión, para el lector que quiera introducirse en el tema de la traducción.
 
En la segunda parte "Acercamiento general a la teoría de la traducción", no sólo se considera esta actividad desde el punto de vista del traductor humano sino que también se incluye la perspectiva de la máquina. Llácer trata de delimitar el campo de estudio de la traducción aclarando algunos puntos fundamentales como la cuestión de la posibilidad o imposibilidad de esta operación, estrechamente ligada a algunas nociones como fidelidad, literalidad, libertad, etc.
Pasa asimismo revista a las clasificaciones que algunos autores han hecho de la traducción a lo largo de la historia, y distingue, según el tipo de traducción que se tome en consideración, una serie de funciones que tienen que ver con los sistemas culturales, sociales, políticos y económicos de cada época; por tanto, la función o funciones que cumplen las distintas traducciones están en cierto modo subordinadas a esa ideología. Como explicaba Nietzsche3 en La Gaya Ciencia "Se puede calibrar el grado de sentido histórico que una época posee por la manera como hace las traducciones y trata de asimilar las épocas, los libros del pasado".
Llácer destaca la importancia que la sociolingüística y la estilística adquieren cuando se habla de traducción, factores que todo traductor debe tener bien presentes a la hora de realizar su labor, pues según explica Nida4 "tendemos a valorar las formas de lenguaje de acuerdo con nuestra valoración de los grupos de personas que las emplean [y este] uso lingüístico refleja una serie de hechos sociológicos" que, por otro lado, no siempre se corresponden con los del texto del original.
Analiza asimismo algunas teorías que lanzan hipótesis sobre la determinación de un modelo del proceso traductivo. Dichos modelos tienen como base el sistema de información humano y plantean problemas bastante diferentes a los de la máquina. En este sentido será el hombre, según explica el autor, quien tendrá que adaptarse a su código o método. Llácer se siente optimista y esperanzado ante los avances de la técnica y, aunque por el momento la prioridad del ser humano sobre la máquina es evidente, se pregunta si el desarrollo tecnológico podrá terminar con una figura - la del traductor - a la que, en nuestra sociedad, se le otorga gran responsabilidad y escaso reconocimiento.
Otro punto importante lo constituye la traducción en la didáctica de lenguas extranjeras. Llácer lo plantea desde dos puntos de vista: como fin en sí mismo y como instrumento metodológico. Por último se centra en la validez de los procedimientos evaluativos en traducción.
 
En la tercera parte "Conceptos y nociones para una metodología de estudios descriptivos", el autor aclara algunas nociones fundamentales (como 'traducción', 'unidades de traducción', 'equivalencia', etc.) para lograr su objetivo de diseñar una metodología que se pueda aplicar a la descripción del proceso traductivo.
Este libro constituye una herramienta útil y válida que nos acerca por un lado a la problemática de la traducción, y por otro nos proporciona un modelo de trabajo que tiene en cuenta las valiosas aportaciones de otros estudiosos.

 

 
 
 
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